Con la difusión de los teléfonos inteligentes, las aplicaciones móviles se han convertido en un elemento fundamental en nuestras vidas, ya que interactuamos con el móvil a través de estas. Pese a la gran cantidad de aplicaciones existentes, los usuarios solo utilizamos unas pocas y, en algunos casos, solo una.
Según el informe ComScore del mercado estadounidense sobre el uso de aplicaciones, el 50 % del tiempo que los adultos utilizamos el dispositivo móvil, lo gastamos en aplicaciones móviles. De esta cantidad de tiempo, el 51 % se concentra en solo 5 aplicaciones móviles diferentes, lo que explica la importancia comercial que supone tener una aplicación puntera. Vender una app de una alta difusión puede ser un negocio muy lucrativo para los desarrolladores de aplicaciones, si se es capaz de crear una app puntera.
Otra estadística demoledora es que -si del tiempo de uso del móvil quitas los contenidos catalogados como digital media y medios de comunicación digital-, la utilización de estas 5 aplicaciones se dispara al 90 % del uso del móvil, y es una sola aplicación la que acumula un 49 % del tráfico del móvil. Comprar una app con tal volumen de uso, y por tanto de atención por parte de los usuarios, puede ser un negocio de incalculable valor, por los ingresos en publicidad que es capaz de producir.
El informe continúa desglosando las siguientes aplicaciones que, pese a no detallar nombres, aporta datos muy interesantes. Por ejemplo, la diferencia en uso entre la primera y la segunda aplicación, que salta desde el 49 % comentado hasta un 18 % de la atención del usuario que refleja la segunda en el ranking. La caída continúa progresivamente en las siguientes aplicaciones: la tercera acumula un 10 % del uso móvil, la cuarta se va al 6 % de atención de los usuarios, mientras que la quinta ya se sitúa en un 4 % de uso, lo que ya suaviza las diferencias de los porcentajes de uso entre aplicaciones.
Todo esto demuestra que la compra y venta de apps puede ser un negocio muy rentable. Pero, la concentración de uso en la aplicación más puntera del mercado, y la espectacular caída de uso respecto a las siguientes, lanza el claro mensaje de las dificultades a las que se enfrentan los programadores para realizar aplicaciones que capten nuestra atención como usuarios. Junto a la compra y venta de apps, el mercado está también muy volcado en comprar un código fuente de terceros para posteriormente revenderlo, para así continuar cogiendo cuota de mercado sin tener que invertir en equipos de programación; o vender el código fuente propio con el fin de obtener ingresos, sin necesidad de centrarse únicamente en el mercado de aplicaciones terminadas y su dura competencia.