Es indudable que, en los últimos tiempos, el vídeo, en calidad de soporte publicitario, se ha consolidado como una de las acciones más efectivas del marketing online. Sin embargo, meses después, ponemos en duda la verdadera efectividad de los vídeos con publicidad por la diversidad de formatos y aceptación social. Esto ha abierto nuevos caminos para los programadores, ya que la posibilidad de compra y venta de apps específicas y venta de códigos fuente incluidos para conseguir que un usuario pueda visualizar correctamente los vídeos y conseguir objetivos de marketing se está convirtiendo en una solución al rechazo tecnológico y social.
Localizamos las limitaciones tecnológicas en dos frentes: las incompatibilidades entre muchos de los sistemas operativos y la inmensidad de formatos multimedia y los problemas del mercado para medir al detalle el verdadero impacto de los vídeos.
Por otra parte, muchos estudios de comportamiento social en Internet aseguran que los usuarios no retenemos la información publicitaria insertada en los vídeos que vemos. Es más, incluso, nos provoca un rechazo, puesto que consideramos que es una práctica intrusiva y molesta. Este rechazo se repite al intentar reproducir un elemento multimedia que nuestros dispositivos no soportan y llega a transmitir valores negativos a la imagen de marca plasmadas en ellos.
Pero esta perspectiva de incertidumbre se puede tornar positiva ya que, ante la heterogeneidad de ideas sólidas, se puede abrir una puerta para que la creatividad sea la semilla de una verdadera estrategia basada en el marketing multimedia y que el vídeo resurja de sus cenizas y se erija como el soporte perfecto para una publicidad efectiva.
Creatividad ante todo
Los problemas que la tecnología no puede solucionar hoy, los resolverá mañana. Parece que este es el leitmotiv del nuevo movimiento en torno a los avances en el sector. Muchos han optado por, más allá de crear una web, apostar por crear un html específico para determinadas acciones, entre las que está la visualización de vídeos multimedia.
Un nuevo paradigma en el mercado de Internet surge gracias a la compra y venta de apps. Los programadores ponen a disposición de las empresas aplicaciones específicas para cada una de las necesidades del sector.
Esta tendencia crece cada día que pasa, por lo que no es extraño que muchos programadores hayan encontrado en la venta de código fuente o el traspaso de apps fuentes de ingresos considerables que vienen a cubrir los vacíos que deja la imposibilidad de homogeneizar los formatos multimedia y crear un equilibrio entre los softwares de los diferentes gadgets.
Propiedad intelectual
Otra de las ventajas para los programadores es la posibilidad de conservar los derechos exclusivos de las apps, preservar su garantía legal y ofrecer soluciones específicas que el mercado global no ha proporcionado todavía.