Hoy en día las apps se presentan como una potente herramienta en nuestra rutina diaria. Lo que hace que nos decidamos a comprar una app es la utilidad que nos aporta.
Para vender una app, es importante saber qué tipo de necesidades tienen los consumidores, y su éxito está condicionado por varios factores. Entre ellos, se encuentra el definir una buena estrategia y el nivel de utilidad que proporcione la aplicación. Es algo imprescindible, si pretendes lograr el éxito de una aplicación.
Otro de los factores que influye, es la procedencia del producto. El desconocimiento del origen de un producto por parte del usuario da lugar a la desconfianza. La garantía que ofrece una marca es la forma de asegurar la entrada de tus apps en el mercado.
Estudios recientes han demostrado que la mayoría de las aplicaciones que se descargan los usuarios pertenecen a marcas que forman parte su entorno. Las marcas son una seña de identidad y los consumidores las escogen porque se sienten representados por la misma. Para vender una app, debes buscar esa empatía. Eso se consigue a través de las marcas.
El condicionamiento de marca es un factor que se encuentra alojado en la mente de los consumidores. Aprovechar ese conocimiento previo de la marca es una buena estrategia para la venta de tu app.
Como competidor directo encontramos las webs móviles. Aunque realmente lo único que hacen es adaptar su formato web para smarthphones o tablets. Su cometido sigue siendo meramente informativo y no permite la interacción con el usuario.
Sin embargo, las apps pasan a formar parte de los dispositivos. Se convierten en una herramienta recurrente para el comprador de la app, puesto que su diseño está basado en cubrir necesidades especificas. Además, crean un punto de acceso directo donde no es necesaria la conexión a Internet, por lo que el porcentaje de probabilidad de uso de la app es mayor a la de una aplicación web.
Para las empresas es un instrumento que les permite obtener información sobre el usuario que decide comprar la app. Les ayuda a posicionarse ante el consumidor y a crear canales de comunicación bidireccionales.
Que los programadores puedan optar a la compra y venta de apps supone una ventaja añadida a su trabajo. Comprar código fuente o vender código fuente es ya una realidad. Evitar un dolor de cabeza es tan fácil como decidirse a iniciar la app a partir de un código fuente ya existente. Estas pueden servir de base a muchas aplicaciones. Muchas de ellas se encuentran alojadas en páginas con renombre como son www.itunes.com o www.googleplay.com, que garantizan un producto de calidad.