Hoy en día, la vida sucede en una pantalla de 5 —al menos— pulgadas. Hoy, miles de millones de usuarios tienen todo lo que necesitan, a un solo click. Nos hemos adaptado a un estilo de vida que evoluciona constantemente, mostrándonos cada vez más formas de acceder a infinitas oportunidades, y todo ello, a través de las aplicaciones móviles. Es el pan nuestro de cada día. Ya no es cuestión de modas, las apps son una necesidad.
Desde el punto de vista de los emprendedores de apps, existe un amplio abanico de usuarios que podemos ordenar por edades, por tendencias, por necesidades… lo bueno de este nexo que mantenemos al estar conectados, es que podemos conocer en tiempo real la demanda de cada colectivo.
En EEUU, el 85 % de los dispositivos móviles son propiedad de los millenials. En países emergentes representan una cuota elevada de mercado. Sin duda, si la cuestión es para quién debemos crear una app si deseamos que no se pierda entre el resto dentro del Market, la respuesta es: los Millenials. Son un targetimportante para los negocios de apps.
La clave del éxito de una app no radica en las descargas, sino en el uso de la misma. Para ello, debemos ofrecer lo que ellos buscan, incluso lo que aún desconocen que puedan llegar a necesitar. Otro aspecto importante, es facilitar el acceso a través de cualquier plataforma. Algunas de las mejores aplicaciones del mercado, como Amazon, Facebook, Netflix son el mejor ejemplo de esta adaptación. Finalmente, si cubrimos ese aspecto lograremos vender apps.
Por otra parte, tal y como comentábamos anteriormente, la clave radica en crear un contenido útil, que entre en sus vidas y se convierta en un hábito que facilite su día a día. Funciona cuando son ellos quienes ven necesario comprar apps.
El colectivo Millenial se ha convertido en una importante red de expansión. Si una app les facilita la vida, el boca a boca ejercerá de impulsor, dando a conocer la app de un modo viral. En el fondo, ellos son quienes pueden conseguir que algo que funcione llegue al resto. Y no hay mejor promo que la que no se paga. Con esto me remito a que la mejor publicidad es la que no parece publicidad.
Pero de nada sirve seguir estos pasos si no somos originales. Si hay otra en el mercado de apps que cumpla nuestro cometido, difícilmente entraremos en sus vidas, porque si algo les funciona es complicado que lo cambien.
En definitiva, se trata de que los emprendedores de apps sean transparentes, originales, directos y, por consiguiente, efectivos. Esa será, sin duda, la clave del éxito para triunfar en un mercado dominado por los Millenials.