Las industria tabacalera no podía quedar al margen del gran desarrollo del marketplace de apps que está sacudiendo el mundo online. Así, tareas cotidianas como encender un cigarrillo y ponernos a fumar ya se pueden hacer a través de una aplicación desde nuestro móvil sin necesidad de verter contaminación alguna. No hablamos de cigarrillos electrónicos creados para abandonar este hábito, sino de todo un negocio de apps que escapan incluso a la regulación existente en temas de tabaco y publicidad a nivel internacional.
En este mercado, los desarrolladores pueden vender los derechos exclusivos de sus apps u optar por la venta de códigos fuente otorgando la posesión completa de las mismas.
Si analizamos las cifras, vemos la creciente demanda, y por consiguiente, compra venta de apps para dispositivos móviles como tabletas o smartphone. Solo en el 2011, Apple, fabricante de iPad o iPhone, ya tenía una red de usuarios que llegaban a descargar un total de 15.000 millones de aplicaciones. Por su parte, los clientes de Android alcanzaban los 10.000 millones de aplicaciones descargadas. Fue en 2012 cuando se produjo un salto cualitativo en el universo Apple, con un total de 25.000 millones de aplicaciones descargadas.
Según las previsiones, el mercado seguirá creciendo a gran velocidad, siendo los adolescentes el sector que más consume estos dispositivos. Según el regulador de las telecomunicaciones británico Ofcom, la mitad de los jóvenes cuentan con un smartphone y la compañía Nielsen establece el aumento de uso de aplicaciones por este grupo de 26% a un 38% en un solo año.
Existen a día de hoy numerosas aplicaciones sobre tabaco o alcohol, debido a la inexistencia en muchos países de dominios públicos con leyes más restrictivas. Así, el investigador Nasser F. BinDihm encontró 107 aplicaciones a favor del tabaco al realizar búsquedas de palabras como cigarrillos, fumar o tabaco para jóvenes, tanto a nivel de juegos como tiendas online, simulación de fumar o fondos de pantalla. En total unos seis millones de usuarios descargaron en febrero de 2012 este tipo de aplicaciones. Algunas de ellas afirman que su uso es para dejar el hábito de fumar, algo que no se ha demostrado. Lo cierto es que estos contenidos protabaco publicitan de forma explícita marcas e imágenes de cigarrillos en las distintas aplicaciones que millones de usuarios se descargan cada día en sus smartphones.
En resumen, aunque el autor del estudio afirma que estas aplicaciones violan la legislación de los distintos países en los que se prohíbe publicitar contenidos sobre tabaco y que se saltan la Convención para el Control del Tabaco de la OMS, lo cierto es que no se ha puesto en marcha una nueva directiva de la UE sobre tabaco, por lo que la presencia en internet de apps protabaco parece no contar con barreras que nos bloqueen su difusión.